- Comer sin hambre, en silencio, con culpa: cuando comer se convierte en una forma de anestesiar el malestar
- ¿Cómo se manifiesta el trastorno por atracón?
- Qué características tiene el trastorno por atracón
- No es un problema de fuerza de voluntad: es una respuesta emocional compleja
- ¿Qué consecuencias tiene si no se trata?
- ¿Cuándo es el momento de pedir ayuda?
- Un proceso que va más allá del síntoma
Comer sin hambre, en silencio, con culpa: cuando comer se convierte en una forma de anestesiar el malestar
El trastorno por atracón (TPA) es un trastorno de la conducta alimentaria que muchas veces pasa desapercibido porque no siempre se refleja en el cuerpo, pero sí deja huellas profundas en la relación con uno mismo. Las personas que lo padecen atraviesan episodios de ingesta excesiva de alimentos —de forma rápida, compulsiva, muchas veces a escondidas— con una sensación abrumadora de haber perdido el control.
Lo que sigue no es alivio, sino todo lo contrario: vergüenza, autorreproche, aislamiento, miedo a que alguien lo descubra. Y sobre todo, una profunda sensación de fracaso que no se limita a la comida, sino que impregna toda la identidad. En este artículo exploramos sus causas, síntomas, consecuencias y cómo abordarlo desde la psicoterapia para recuperar una relación sana con la comida y contigo mismo/a.
¿Cómo se manifiesta el trastorno por atracón?
A diferencia de otros trastornos de la conducta alimentaria como la bulimia, en el trastorno por atracón no hay conductas compensatorias posteriores al episodio (como vómitos provocados, ejercicio excesivo o uso de laxantes). La persona no intenta corregir lo que ha comido, sino que carga con ese exceso como una forma más de castigo.
Este patrón suele acompañarse de:
- Ingesta rápida y en grandes cantidades, incluso sin hambre.
- Episodios que ocurren a solas, en secreto.
- Sensación de estar desconectado del propio cuerpo durante el atracón.
- Malestar emocional intenso después de comer.
- Intentos repetidos de hacer dietas que terminan reforzando el ciclo de atracón-restricción.
Qué características tiene el trastorno por atracón
- Puede presentarse a cualquier edad.
- Va acompañado al igual que otros TCA de síntomas depresivos.
- Las personas que lo padecen suelen padecer sobrepeso importante u obesidad.
Además es frecuente que las personas que sufren TPA, recurran una y otra vez a soluciones inapropiadas de recuperación del control sobre la comida como son:
- Dietas estrictas fallidas.
- Intento de control del peso recurrente y obesesivo en la báscula.
Los atracones suelen darse con los alimentos que la persona se ha retirado con la dieta, normalmente dulces. Esta enfermedad se vive con vergüenza y culpa. Los atracones se realizan a escondidas lo que dificulta que acudan a pedir ayuda o que sus familias lo detecten.
No es un problema de fuerza de voluntad: es una respuesta emocional compleja
La raíz del trastorno por atracón no está en la comida, sino en lo que la comida representa: una vía rápida para calmar el vacío, anestesiar el dolor o silenciar emociones que no se saben expresar. Comer de forma compulsiva se convierte en un refugio ante el malestar emocional, aunque después se pague con culpa y sufrimiento.
El origen de esta conducta suele estar asociado a:
- Factores genéticos.
- Factores biológicos, como son dietas prolongadas en el tiempo.
- Factores personales, familiares y sociales que lo predisponen.
- Infancias con vínculos frágiles, críticas o invalidantes.
- Dietas restrictivas prolongadas que alteran la regulación natural del hambre.
- Baja autoestima, autoconcepto deteriorado y dificultades en la gestión emocional.
- Vivencias de rechazo, abandono, abuso o situaciones traumáticas.
- Trastornos del estado de ánimo como ansiedad o depresión.
¿Qué consecuencias tiene si no se trata?
El trastorno por atracón no solo afecta al peso, sino también a la salud psicológica, al funcionamiento diario y a la calidad de vida. Entre sus consecuencias más habituales se encuentran:
- Aumento de peso o desarrollo de obesidad con sus posibles complicaciones físicas.
- Aislamiento social, sentimientos persistentes de culpa y vergüenza.
- Dificultades para mantener relaciones afectivas sanas.
- Mayor riesgo de depresión, ansiedad, adicciones o trastornos de la personalidad.
- Relación distorsionada y hostil con el cuerpo y la imagen corporal.
¿Cuándo es el momento de pedir ayuda?
El trastorno por atracón no mejora por sí solo. Tampoco se resuelve con más dietas ni con fuerza de voluntad. Pedir ayuda profesional es una decisión valiente que puede marcar un antes y un después en tu vida.
Si te sientes atrapado/a en un ciclo repetitivo de comer sin control, si te invade la culpa después de hacerlo o si sientes que tu vida gira en torno al peso y la comida, es momento de iniciar un proceso terapéutico.
¿Sientes que la comida se ha convertido en una forma de calmar lo que no sabes cómo expresar?
El trastorno por atracón no es una cuestión de fuerza de voluntad. Es una señal de que algo más profundo necesita ser escuchado y cuidado. La terapia puede ayudarte a comprender lo que hay detrás de estos episodios, sanar tu relación con la comida y, sobre todo, contigo mismo/a. Soy Alejandra Larrañaga, psicóloga en Vigo especializada en trastornos de la conducta alimentaria, y te acompaño a recuperar el equilibrio desde un enfoque terapéutico respetuoso, seguro y adaptado a tu historia.
Cómo abordamos el tratamiento desde la psicología
La intervención más eficaz es la psicoterapia cognitivo-conductual, acompañada —cuando es necesario— de apoyo psiquiátrico o nutricional. El objetivo no es solo eliminar los atracones, sino transformar la relación emocional que tienes con la comida y contigo mismo/a.
En consulta trabajamos:
- La identificación de desencadenantes emocionales que llevan al atracón.
- La reestructuración del pensamiento para reducir el diálogo interno crítico.
- El diseño de pautas alimentarias estables y respetuosas con tu cuerpo.
- El trabajo con la vergüenza y la culpa, dos emociones centrales en este trastorno.
- El fortalecimiento de la autoestima y la autoimagen.
- La construcción de herramientas emocionales para afrontar el estrés sin recurrir a la comida.
Los objetivos fundamentales del tratamiento son:
- Eliminación de los atracones.
- Adquisición de hábitos de alimentación saludables.
- Por último y más importante. Tratar los sentimientos y emociones negativas como son: la vergüenza, la culpa, la ansiedad, la baja autoestima, bajas expectativas de logro y autoeficacia que acompañan siempre al TPA , ya que si no se tratan no se obtendrá la recuperación total.
Por supuesto, al eliminar los atracones y establecer un patrón de alimentación ordenado también se consigue la pérdida de peso, objetivo que persiguen todos los pacientes.
Un proceso que va más allá del síntoma
Sanar un trastorno de la conducta alimentaria no consiste en dejar de comer compulsivamente, sino en descubrir por qué tu cuerpo y tu mente llegaron a ese punto. En consulta, te acompañamos a mirar lo que hay debajo del síntoma: la necesidad de cuidado, de expresión emocional, de validación y afecto. Y desde ahí, construir una relación más libre, segura y amable contigo y con la comida.